Unidad III: Revolución Social - Inteligencia Colectiva, Redes y Contacto Perpetuo

Entramos a la última unidad del curso donde revisaremos hasta dónde hemos llegado como especie en el desarrollo tecnológico. Comenzamos el curso con la definición de tecnología como algo único de la especie humana que continuaba nuestra evolución de manera no-biológica. Vimos la relación del hombre con la tecnología y las distintas posturas acerca de la relación de ésta con la cultura. Después en la unidad II vimos la revolución tecnológica que comenzó, sin duda, con la computadora y cómo toda la cultura y la interacción social se vieron transformadas por ésta La métafora y estructura de redes se plasmó en los medios y en el uso de éstos en la sociedad. Vimos cómo los usuarios modificaron y crearon por el uso de las nuevas tecnologías cultura, productos, inteligencia colectiva (aunque no siempre calificaba de inteligente) aún cuando la geografía de internet limita la variedad y cantidad de contenidos a los que tenemos acceso, redes y comunidades virtuales que aumentan el capital social y/o emocional del individuo.

Finalmente, las computadoras -que las que iniciamos la revolución- se vuelven tecnologías de vigilancia y se antropomorfizan en el tema de inteligencia artificial, y la definición de humano también se transforma hacia seres con su propia programación interna lo que los conceptualiza como posiblemente replicables. Revisaremos la trayectoria de inteligencia artificial así como sus intentos de replicar al ser humano, incluyendo los intentos de replicar el cerebro humano. Estudiaremos algunas funciones de nuestro cerebro, pondremos a prueba nuestros conceptos de libertad y humanidad. Finalizaremos la unidad con el concepto de singularidad y las críticas a las promesas de la inteligencia artificial. Cada quien llegará a sus propias conclusiones sobre las posibilidades para el futuro. Las preguntas que debemos hacernos en esta unidad son sobre el futuro de la especie humana, qué significa ser humano, qué no sería replicable y que sí, si somos o no libres o estamos muy condicionados por nuestra propia estructura cerebral.